Aster de otoño
Esta vez un blog muy diferente al que estáis acostumbrados por mi parte.
Desde hace unos años, también "de repente", hay un áster de otoño en mi jardín. Yo no lo planté. Crece junto a un tejo que tampoco planté. El año pasado "tuve" que hacer un remedio con él. Dejé la tintura madre durante seis meses. Y hace poco hice botellas de reserva y las distribuí a algunos terapeutas.
Yo mismo sabía al hacer el remedio, que serviría para despertar tu espiritualidad "infantil". Y siempre, sigo teniendo un sentimiento algo tímido sobre estas palabras.
Si durante la concepción, el tiempo en el útero, los primeros años de la infancia, se produjo un bloqueo aquí, el áster de otoño elimina este bloqueo.
Cuando otros terapeutas me hicieron la prueba, las palabras que obtuve incluyeron:
Da juego, chispa, alegría. Puede apetecerte en todas sus facetas.
Trabaja tus sentidos.
Calmante.
Ritmo cardíaco.
Disminución de la presión arterial.
De tu cabeza a tus sentimientos.
Dejar ir lo que no importa.
Toma de tierra.
Los pies en el suelo.
Funciona en el corazón. Hace que mi corazón sea más poderoso. No tanto físicamente, sino con más confianza.
Soy feliz con lo que soy. Hace que el corazón se abra.
Nada de palabrería. Tómate como eres. Sé sincero.
Tengo una mirada clara.
Lo que me parece tan bonito esta vez es que los que reciben el remedio, dan su opinión sobre lo que este remedio les ha hecho.
Me muero por conocer sus reacciones.
Madeleine Meuwessen
*Los remedios florales no sustituyen a los medicamentos. Tenga en cuenta que en caso de duda siempre debe consultar a un médico.